¿Por
qué es importante la reflexión ética? Al final de cuentas, la respuesta se
reduce a que no somos bestias ignorantes viviendo a la merced del puro azar. Por
ello, porque deseamos el bien, y el bien implica normatividad (hasta el
anarquista sabe esto), y la normatividad en pos del bien implica la reflexión
ética y metaética, entendemos que tal reflexión es importante. En las
siguientes líneas mencionaré brevemente cinco eventos que transformaron nuestro
presente y que tuvieron y siguen teniendo (o deberían tener, en mi opinión) un
fuerte impacto en la reflexión ética actual.
1. Sistema económico
El
sistema económico actual se ha ido gestando desde antes del siglo XX, pero es
en este siglo cuando adquiere sus peculiaridades actuales y se convierte en un
sistema de proporciones globales. Entendiendo de forma muy amplia la noción de
“sistema económico”, integro en ella el actual financierismo que ocasiona
crisis de forma periódica (Soros, 2008:120). Un neoliberalismo con un corporativismo
deshumanizante. Un mundo empequeñecido por la globalización y que se ve
afectado en su totalidad por los vaivenes de la economía (Soros, 2002: 23-24).
Y unos principios económicos fundados en el capitalismo salvaje.
Debido
a que todo esto es quizá la principal causa de la constante división del mundo
en “norte – sur”, “1er mundo – 3er mundo”, o “centro – periferia” (Dussel,
2000), y esto, a su vez, agranda y profundiza el abismo que va separando al yo del otro, considero que es fuente de importantes reflexiones éticas. El
problema de la otredad, acompañado de esa necesidad por pensar el mundo con la
finalidad de transformarlo y no meramente reproducirlo, compele a realizar una
reflexión ética sobre el sistema económico bajo el cual operan nuestras
sociedades. ¿Cuáles son los fundamentos éticos de dicho sistema? ¿Sigue siendo
válido el argüir la no intervención de factores morales en el desarrollo económico,
cuando éste es obra humana? ¿Es válido el ver al sistema económico como el
resultado de fuerzas allende lo humano?
2. Ataques del 11 de septiembre de
2001
Los
eventos ocurridos en EEUU el 11 de septiembre de 2001 los incluyo por ser un
ejemplo paradigmático de la opacidad gubernamental. Aunque la versión oficial
establecida por la comisión del 11/9 dio por cerrada la investigación respecto
a los ataques al WTC y al Pentágono y el extraño caso del malogrado vuelo 93
siniestrado en Shanksville, las dudas y el escepticismo que levantan son
abrumadores e insinúan una agenda gubernamental que antepone ingresos
económicos a través de substanciosos contratos a ciudadanos despreciados,
vistos como daños colaterales. Esto, dicho ante las evidencias que apuntan a un
ataque de falsa bandera carente de todo principio ético: múltiples explosiones
al momento de derrumbarse la torre sur, columnas con cortes en diagonal en los
restos de las torres 1 y 2 del WTC, el extraño colapso de la torre 7 del WTC,
la total inexistencia de restos del avión que supuestamente se estrelló en el
pentágono, la total inexistencia de restos del vuelo 93 en el cráter en
Shanksville, el no investigar el financiamiento de los ataques por considerar
el asunto como irrelevante, la lista oficial de los terroristas que contiene
nombres de personas aún vivas y sin conexión con los atentados, el uso de los
atentados como excusa para llevar a cabo dos invasiones de corte imperialista
(Afganistán e Irak) con un evidente interés geoestratégico por parte de EEUU, o
la enorme similitud con los casos de Tonkin (1964) y Pearl Harbor (1941). El
actual deterioro ético de los gobiernos a escala mundial se vuelve un tema
central de la reflexión ética debido a sus complejas y perjudiciales consecuencias
para la población mundial, poniendo sobre la mesa de discusión la realpolitik de cuño maquiavélico.
3. Rasgos del posmodernismo
Aquí
quiero hacer referencia a lo que Gabriel Amengual llama la crisis del sujeto y
Alain Finkielkraut denomina la derrota del pensamiento. Vivimos en un mundo
dominado por el relativismo y falsas libertades que llevan al hombre al
hedonismo consumista y a vivir resignadamente en una democracia igualmente de
consumo (Finkielkraut, 2000). ¿Cómo se ha llegado a esto que comúnmente
llamamos posmodernismo? A partir de la desintegración del sujeto, que se ha
dado en tres niveles: de forma interna a partir de los postulados de Freud
quien, independientemente de haberse visto superado por el desarrollo de la
teoría psicológica, elimina un yo interno indivisible y fijo al estilo
cartesiano. El yo interno es fragmentado y, por tanto, ficticio. La
desintegración del mundo social, dejando aislado al individuo a partir de las
reflexiones de Weber; no hay una historia o tradición que nos agrupe en un
sentido profundo, sino que son nuestras realidades individuales inmediatas las
que nos van construyendo. Finalmente, la pérdida de sentido en el nihilismo que
Nietzsche vaticinó al decir que el camino que seguíamos nos llevaría a un mundo
sin Dios, es decir, sin principios unitarios omniabarcantes (Amengual, 1998).
4. Nietzsche y Wittgenstein
En
cuanto al aspecto teórico de la reflexión ética hay dos pensadores que han
influido de forma determinante en el siglo XX. Por un lado el alemán Friedrich
Nietzsche quien rechazó la moral como se ha entendido desde la Grecia clásica
hasta nuestros días por ser una imposición antinatural que corrompe al hombre y
le niega horizontes de autorrealización, sólo obtenibles “más allá del bien y
del mal”. La moral del perdón, de la compasión, es, de acuerdo con Nietzsche,
una monstruosa invención del hombre débil, extendida por el cristianismo (Nietzsche,
1997: 142-143).
Por
su parte, Wittgenstein elaboró una teoría sobre los juegos del lenguaje en la
que afirma que la relación entre la realidad y el lenguaje depende del uso de
éste último. Dicho uso varía constantemente creando una gran variedad de
“juegos de lenguaje” y, con ello, imposibilitando cualquier esencialismo
conceptual (Reale, 2005: 586-589), lo que, al aplicarlo a la ética, nos invita
a pensar en que no puede haber conceptos éticos universales que obliguen al ser
humano. Incluso, si pretendemos construir dicha ética (un ejercicio del
lenguaje) acabaremos por generar múltiples teorías, muchas veces opuestas o
contradictorias. En gran medida, con esta teoría da inicio el posmodernismo
filosófico.
5. Conflicto Israel - Palestina
Una
vez más, como ejemplo paradigmático de una carencia de eticidad, esta vez en el
plano de las relaciones internacionales y de sus modos pragmáticos e hipócritas
podemos citar el caso del longevo conflicto entre Israel y Palestina. Un Estado
incrustado artificiosamente (Israel) sobre una nación alienada de sus propios
territorios (Palestina). Un Estado creado bajo dos endebles argumentos: el
bíblico (dícese que Yavé les prometió una tierra que resultó ser Palestina) y
el de una compasión despertada en el mundo entero a partir de 1945 por hechos
de dudosa autenticidad. Un Estado que ha construido una maquinaria de guerra
financiada por EEUU y que la ha utilizado en múltiples ocasiones: guerras
expansionistas (guerra árabe-israelí de 48-49, guerra de los 6 días del 67,
guerra de Yom Kippur del 73), guerras de represión (Líbano 78, Líbano 82,
Líbano 2006). Un Estado que tiene legalizada la tortura y que construye
asentamientos en territorio palestino, buscando acaparar los recursos naturales
de la región. Un Estado que ha ignorado sistemáticamente las múltiples
resoluciones de la ONU, en su búsqueda por solucionar el conflicto y dividir el
territorio en disputa. Un Estado que practica una política sionista de
apartheid.
Con
este ejemplo, vemos como las relaciones internacionales obedecen a intereses
sectarios fácilmente identificables que violentan todo principio ético que
debería regir en las interacciones de las naciones. Ya Kant veía que una
relación armoniosa entre Estados requería la relación armoniosa entre
individuos. “Se requiere –para dar dicho paso- una vasta transformación interna
de cada comunidad en orden a la formación de sus ciudadanos. Mas todo bien que
no esté injertado en un sentimiento moralmente bueno no es más que pura
apariencia y deslumbrante miseria” (Kant, 2001: 17).
Bibliografía
Amengual,
G. (1998). Modernidad y crisis del sujeto.
Madrid: Caparrós Editores.
Dussel,
Enrique. (2000). Introducción a una filosofía de la liberación. Bogotá:
Editorial Te-ixtli.
Finkielkraut,
A. (2000). La derrota del pensamiento. Barcelona: Editorial Anagrama.
Kant,
I. (2001). Ideas para una historia
universal en clave cosmopolita y otros escritos sobre Filosofía de la Historia.
Madrid: Tecnos.
Nietzsche,
F. (1997). La genealogía de la moral.
México: Alianza Editorial.
Reale,
G. y Antiseri, D. (2005). Historia del
pensamiento filosófico y científico. Barcelona: Herder.
Soros,
G. (2002). Globalización. España:
Planeta.
Soros,
G. (2008). El nuevo paradigma de los mercados financieros: para entender la
crisis económica actual. Madrid: Taurus.
Vvaa (sf). The 9/11
comission report. Tomado de: http://govinfo.library.unt.edu/911/report/911Report.pdf
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