jueves, 19 de diciembre de 2013

Fenomenología del Guernica de Picasso



El pintor español Pablo Picasso (1881-1973) pintó en 1937 su cuadro Guernica, óleo que hace referencia al primer bombardeo masivo de la historia sobre la villa vasca de Guernica durante la Guerra Civil Española ocurrido en 1937.
En las siguientes líneas se realizará un análisis fenomenológico de dicha pintura. Por fenomenología debemos entender una disciplina filosófica que como método estudia las estructuras de la experiencia o de la conciencia, en el modo en que las experimenta el sujeto. Un análisis de este tipo pretende extraer los significados últimos y esenciales de los entresijos de un pedazo cualquiera de la realidad. Con este análisis se mostrará la visión crítica de la modernidad que la obra mencionada ofrece.


Guernica es una pintura realizada en blanco, negro y tonos grises. Con su característico cubismo y una fuerte influencia del expresionismo, podemos ver en la sección izquierda de la pintura un toro, bajo éste una mujer en rictus de dolor con el cadáver de un niño, y en primer plano el cadáver de un hombre con una espada rota en la mano derecha y la cabeza cercenada. Si nos desplazamos a la parte central del cuadro podemos observar un caballo en agonía y dos mujeres: una que se acerca desde el lado derecho de la pintura con una pierna dislocada o fracturada y otra que se asoma a la escena a través de una puerta iluminando la escena. En el lado derecho del cuadro, podemos ver un edificio en llamas y un hombre que grita desesperado entre escombros en llamas. Hay dos triángulos que destacan al centro de la obra: el de la luz que proporciona el quinqué que trae la mujer que se asoma a la escena y el más pequeño que forma dicho quinqué junto con una paloma y una bombilla.
 Identificando los principales núcleos simbólicos, sobresale la muerte que se manifiesta en el niño en brazos de la mujer, y en el hombre mutilado con el trozo de espada en la mano derecha; la esperanza, quizá vana, que se representa en el triángulo en la parte superior central (la paloma en rictus de dolor y la fuente de luz del cuadro), cuya importancia se manifiesta al estar en cierta forma separados del resto de la pintura. En un tercer nivel del análisis, podemos interpretar el cuadro como una expresión de desesperanza ante no sólo la trágica guerra y su brutalidad consubstancial, sino ante el fracaso de la modernidad racionalista para iluminar el presente (no es la bombilla la fuente de luz, sino un quinqué). El caballo posee una textura que asemeja un periódico (al igual que los colores usados por Picasso) que da noticia de un bombardeo durante la guerra civil española en que tanto civiles como soldados sufrieron. Al interior de ese racionalismo propio de la modernidad, siempre habrá un poder que instrumentaliza la razón, en este caso es el toro y, a su costado, el fracaso de la paz reflejado en una paloma en agonía. Evidentemente Picasso nos ofrece una instantánea amarga de la realidad que vivió, aunque no deja de presentar un pequeño destello de esperanza: la pequeña flor que aún no muere en el centro de la obra a primer plano naciendo de la espada fragmentada en mano de un cadáver, justo en el centro de la zona iluminada. La esperanza, en medio de la modernidad, se mantiene en pie.

Fuentes:
Mittler, Gene A. (2006) Art in focus (5ª ed.). California: Glencoe/McGraw-Hill
Schwetje, B. y Febbraro, F. (2010). Cómo leer la historia en el arte. Barcelona: Electa.
Smith, David Woodruff (2013). "Phenomenology", en The Stanford Encyclopedia of Philosophy, Edward N. Zalta (ed.), tomado de: .

1 comentario:

  1. No había visto la flor, me sorprende ese dulce y tímido gesto de esperanza.

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